Lugar: Ceuta al Día

De la Definición adoptada en 2005 por European Union Agency for Fundamental Rights (FRA) y Organization for Security and Co-operation in Europe (OSCE): Es un acto antisemita el negar los hechos, alcance, mecanismos (por ejemplo, las cámaras de gas) o intencionalidad del genocidio del pueblo judío cometido por la Alemania nacionalsocialista, sus apoyos y cómplices durante la segunda Guerra Mundial (el Holocausto).

La Industria del holocausto
Carta escrita por Hisham Mohamed – Rumbo a Gaza

El holocausto es definido como un suceso único e irrepetible, sin comparación en la historia y que por ello ha de ser recordado de manera única para evitar que suceda de nuevo. En principio, las organizaciones que representan familiares de la victimas de la supuesta matanza, recibieron hasta el año 2000, en concepto de indemnización por parte del gobierno Alemán 60,000 millones de dólares, la realidad es que organizaciones como el congreso judío Americano, la logia masónica bi’nai birth y la conferencia sobre solicitudes materiales judías contra Alemania, se han ocupado de gestionar ese dinero. Asimismo, el estado Alemán regala abundante material militar a Israel que, complementando con los ingentes sumas que le regala EE,UU, constituyen gran parte de la riqueza israelí, basada en la extorsión y la especulación sobre un echo histórico que diversos estudiosos, algunos judíos -encarcelados por ello-, ponen en duda el holocausto.

Una superviviente que sobrevivió al gueto de Varsovia, solo recibió 3500 dólares, mientras que muchas personas que jamás habían estado encerrados en los campamentos, recibieron cientos de miles de dólares.

En una comparecencia parlamentaria de 23 de febrero del 2000, el gobierno Alemán reconoció que solo alrededor del 15% del dinero entregado a la conferencia de solicitudes materiales llego a las victimas realmente. ¿a donde fue ese dinero?.
A través de las organizaciones citadas, acabo en el estado de Israel, que lo ha utilizado para armarse y convertirse en el ejercito más potente de la zona.

En España tenemos el ejemplo paradigmático, se demostró hace años, el ex presidente de la asociación de victimas de Mauthausen, el español Enric Marco Batllo, no vivió el holocausto, pero ha pasado los últimos 30 años contando un dramático pasado como víctima del nazismo en el campo de concentración de Flossenburg. Tres décadas después ha confesado, para consternación de los deportados españoles, que inventó este relato en 1978 porque “así la gente le escuchaba más y su trabajo divulgativo era más eficaz”. Un gran escándalo que se cerro con la boca pequeña, pese a que el citado Marco llegaba a llorar en muchos de lo actos benéficos que organizaba.

El holocausto empezó a gestarse a finales de los cincuenta-sesenta, hasta entonces, ni a los propios judíos les interesaba demasiado, y este echo coincidió con la llegada de esos fondos. A ello, contribuyeron tremendamente varios libros supuestamente autobiográficos que se han demostrado falsos, han sido inventados con el agravante de que algunos fueron galardonados con diversos premios.

El holocausto fue una construcción ideológica para fundamentar el apoyo de EE.UU a Israel, y de paso, acallar el resto del mundo. El reputado escritor israelí Boas evron, afirma “la conciencia del holocausto es en realidad un adoctrinamiento propagandístico oficial, una producción masiva de consignas y falsas visiones del mundo, cuyo verdadero objetivo no es en absoluto la compresión del pasado, sino la manipulación del presente”. Esta manipulación se basa en su concepción de echo irrepetible. Elie eiesel afirma que el holocausto “es imposible de comprender ni de describir, y nunca será comprendido ni transmitido”, es de reseñar que la palabra holocausto aparece 219 veces en el antiguo testamento, y era el sacrificio “en principio de animales que el pueblo judío realizaba a jehová”.

Esta singularidad del holocausto proporcionó al pueblo judío el estado de Israel, pero ni siquiera existe unanimidad respecto a la existencia de ese pueblo. El escritor judío Arthur Koestler refutó a mediados del siglo XX la existencia de un pueblo judío originario de Palestina, al descubrir para el gran público el origen de los judíos Achkhenazis, que se establecieron en el este de Europa, y cuyo origen se remonta al pueblo Khazar, original de la orilla del mar caspio, y que fue expulsado por los huestes de Gengis Khan. En el siglo IX, teniendo que elegir entre el imperio Islámico y el Bizantino, su monarca decidió convertirse al judaísmo, arrastrando a su pueblo a esa religión.

Este mismo argumento ha sido refrendado por el historiador israelí Shlomo Sand, quien afirma “el pueblo judío es una invención” en su libro cuándo y como se inventó el pueblo judío.

El holocausto ha dado al estado judío una coartada ante el resto de seres humanos, lo que para Boas Evron, “equivale a todas luces a cultivar deliberadamente la paranoia,, esta mentalidad perdona de antemano cualquier trato inhumano que se inflija a los no judíos, ya que la mitología dominante sostiene que todo el mundo colaboró con los nazis para destruir a la comunidad judía”.

Otro capítulo de esta película que tanto afecta a la realidad que vivimos, es el asunto del oro judío en la cuentas de Suiza, las organizaciones sionistas empezaron a hablar de que muchos judíos depositaron en bancos Suizos su dinero y oro, pero a consecuencia de su desaparición, esas cuentas no fueron reclamadas por sus familiares. Los sionistas Elie Wiesel y Simon Wiesenthal y después el consejo de comunidades judías, se acercaron a los banqueros Suizos y les dijeron que querían 20,000 millones de dólares, amenazándoles con una ola de demandas. Los banqueros Suizos respondieron que lo máximo que podían hacer era realizar una auditoria, y después de soportar el acoso de los medios de comunicación mundiales, ofrecieron 600 millones, aunque el valor de las cuentas se situaba entre 170 y 269 millones de dolares. Los sionistas respondieron con argumentos pesados, los bancos norteamericanos controlados por judíos amenazaron con retirar sus fondos.

Cosas como estas, son lo que hicieron decir a una superviviente del holocausto “si todas las personas que dicen haber sobrevivido al holocausto, ¿a quien mató Hitler?. Otros de los datos que quizás llama la atención es que en EE.UU existen siete grandes museos del holocausto, ninguno sobre el genocidio de indios o personas de color, que al fin y al cabo son de allí, y más de cuatrocientas cátedras universitarias sobre el tema, aparte de que el día del holocausto se celebra en todos los estados.

Actualmente, son muchos los países que encarcelan a los investigadores del holocausto que no aceptan la versión oficial de los echos, la razón según Ernst Zundel “el holocausto es la espada y el escudo del estado de Israel”, con el se defiende y con el ataca a quien ponga en duda la legitimidad del estado de Israel y su acción en Palestina.