Un grupo de jóvenes judíos fueron insultados el día 15 de julio cuando salían de la sede del grupo Jabad Lubavitch en Madrid.
Según el relato de los jóvenes, una pareja que pasaba por la calle les escupió y les insultó: “putos judíos”, “viva Palestina” y “Allahu akbar”.
Un miembro de seguridad les condujo dentro del edificio hasta que desaparecieron los agresores.
Un joven estudiante estadounidense recomendó a un pequeño grupo de manifestantes anti israelíes que pidieran una Gaza libre de Hamás, a lo que 2 ó 3 personas le contestaron con insultos: “Asesino, asesino de niños, mala persona, sois basura”
Un ciudadano israelí que paseaba por el barrio gótico de Barcelona fue agredido por varios individuos árabes que le identificaron como judío al llevar kipá. Le propinaron puñetazos en la cara, intentó protegerse mientras le gritaban “fuck Israel”.
Según el mensaje publicado en X: “Fui atacado ayer por un grupo de árabes en Barcelona, mientras la mayoría me maldecía a mí y a Israel porque vieron la kipá, alguien se acercó por detrás y me golpeó en la cabeza, logré tomar una foto del atacante. y sus amigos antes de que me quitaran el teléfono de las manos. Vino la policía, estuve en el hospital y estoy bien, pagarán por este asalto, ya están trabajando en ello”.
Varios estudiantes universitarios judíos denuncian el acoso y el ambiente opresivo en el que viven con las protestas propalestinas en sus facultades y campus.
La Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) denunció a través de un comunicado la situación que sufren algunos estudiantes judíos que han llegado a faltar a clase para no exponerse.
Numerosos medios de comunicación como ABC o Libertad Digital recogen estas denuncias.
Una mujer judía fue atacada en Madrid el martes 23 de abril por una manifestante pro palestina que le empujó, escupió y gritó “judía puta”, “Hitler debió acabar con todos”, “judía asesina”.
La agresora llevaba una camiseta reivindicando la masacre perpetrada por la organización terrorista Hamás el 7 de octubre, con el triángulo rojo invertido, el símbolo nazi que identificaba a los presos políticos en los campos de concentración.
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