El sábado 21 de octubre, un grupo de manifestantes a favor de la causa palestina ocuparon durante más de media hora la recepción de un hotel de un judío israelí en el centro de Barcelona y descolgaron las banderas oficiales para sustituirlas por banderas palestinas.

Los manifestantes gritaron “Israel asesino del pueblo palestino” y “no es una guerra, es un genocidio”, entre otras proclamas.

El  alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, el concejal Jordi Martínez y la Embajadora de Israel condenaron el asalto.